Aquí me
encuentro como cada viernes, junto a una Estrella Galicia, sentado en el mismo
taburete y apoyado en la misma mesa alta de siempre, una noche de verano
cualquiera en el bar de siempre y extrañamente hoy se encuentra la terraza con
las mesas vacías. Le he pegado 3 tragos cortos a la cerveza y noto un extraño
pinchazo en el estómago, pero bueno seguiré bebiendo hasta que se pase,
mientras mis pensamientos rumian, le voy rompiendo poco a poco la pegatina de
la cerveza.
Hoy hay una mujer de blanco dando vueltas por la terraza del bar,
la veo con cara angustiada, de repente me cruza la mirada, se le iluminan los
ojos y se acerca con una gran sonrisa hacia mí. Pienso rápido como contestarle,
que decirle si quiere entablar una conversación para conocerme, me noto nervioso y a un
sudor frío por la espalda. Al llegar a mi mesa me sonríe, le sonrió, y me dice
“Hola hoy es la noche del licor, si te pides un chupito te regalamos unas
gafas”. Como de costumbre no quería nada conmigo, solo venia por trabajo.
Agradablemente le rechazo esa poco apetitosa oferta y sigo con mi cerveza, le
pego otro trago corto y por suerte, dejo de notarme esa extraño pinchazo en el
estómago.
Poco a poco,
va llegando gente, le pego el último trago a la cerveza ya caliente, y sin
darme cuenta la veo pasar y se sienta en la mesa contigua donde la esperan las
amigas, me quedo mirándola, cabello largo y rubio, una cara redonda, con unos
provocativos labios rojos, ojos verdes profundos en los que cualquiera
temblaría si los mirara, y una cintura muy pequeña que termina en un hermoso
culo. Ahí está a mi lado y como si una pared de hormigón nos separase, sigo sentado en la mesa pero paso
desapercibido nadie me cruza la mirada
solo se me dirige el camarero para ver qué voy a tomar, y como de
costumbre con un gesto señalando la cerveza vacía me entiende.
Me trae la
cerveza y se me queda al lado mirándome, con ojos de que quiere que se la
pague, y para que no me siga mirando e incomodando le pago las dos cervezas de la noche, le limpio la boca del botellin y al pegarle el primer trago disimuladamente la
miro y pienso “hoy Le voy a hablar”. Desvío la mirada medio metro al lado y
como no, la mirada asesina de la amiga sobre mí, le quito la mirada y
empiezo a planear como le voy a hablar. Después de un rato pensando
en cómo hacerlo me decido en asaltarla cuando valla a entrar al cuarto de baño, embobado mirando la cerveza y escuchándola reír, veo de reojo como se levanta para
entrar al baño, y con ella una amiga, que torpe he sido, como no
había pensado en que iba a ir al baño con una amiga, pero bueno, me levanto y
disimuladamente voy detrás de ellas hacia el servicio, entre empujones consigo
llegar al baño, y las veo entrar. Me acerco a la puerta del baño de caballeros, y cuando voy a abrirla
me tocan en la espalda, veo a un amigo del instituto, con una gran sonrisa y oliendo a alcohol, pongo mi falsa sonrisa, le doy un abrazo y por educación le
pregunto cómo le va con la carrera (para que haré preguntado eso), me coge del
cuello y empieza a calentarme la oreja con supuestas aventuras universitarias
de las que conociéndolo, solo me creo el nombre de las mujeres que me dice, y
tengo alguna duda de ello. Le corto la discusión y le digo que tengo que entrar
al servicio, que lo veo más tarde. Justo en el momento que voy a entrar al baño
veo como el pomo del baño de mujeres se gira y sale ella con la amiga. Mi plan
se desvanece en el aire.
Termino de
mear y salgo del baño con mi cerveza, tengo que atravesar todo el bar para llegar a
la terraza, me dirijo a mi mesa y cuando le echo un vistazo ya hay gente
sentada en ella, me han quitado el sito, así que suelto mi cerveza en la barra
de la terraza y me enciendo un cigarrillo. Me mira una chavala y me hace un
gesto pidiéndome fuego, se acerca le doy el mechero y me sonríe, le devuelvo la
sonrisa y se va, como siempre solo me quería para darle fuego. Le doy un trago
a la cerveza y una calada al cigarro. La
veo sentada y vuelvo a pensar en cómo puedo hablarle. Necesito un señuelo para
distraer a las amigas y poder hablarle tranquilamente, rápidamente me acuerdo
de ese amigo del instituto, empiezo a buscarlo con la mirada, creo verlo de
espaldas apoyado en un árbol, me acerco y cuando estoy a 3 pasos de llegar a él
veo que está echando su primera papilla con un hedor inimaginable, así que
lentamente me alejo, con sentimiento de culpa por no quedarme a ayudarlo, pero
mi misión esta noche es otra. Mientras me vuelvo a mi sitio en la barra del bar
voy pensando en cómo hacer una leve coincidencia y que no parezca provocada.
Apago el
cigarro le doy el último trago a esa cerveza, ésta ya no estaba tan caliente
como la primera, o estoy bebiendo más rápido o estoy empezando a estar
borracho. Entro en el bar y me pido otra cerveza, me dice que no quedan, miro mi cartera y veo que me quedan 5€, así que me decido por pedirme un cubata, me
ve con cara de sediento así que me lo hecha cargado de whisky. Me doy la
vuelta mientras estreno el cubata con el primer sorbo (estaba muy cargado) y la veo
entrar, me mira y me pongo muy nervioso mientras me aguanto la cara de asco del
primer trago del cubata, intento de decirle hola mientras se adentra en el bar
y me pierde de vista. Con mi gran desilusión, voy andando por el bar hacia los
servicios con mi cubata bien agarrado para que no se derrame y buscándola para
poder decirle algo. La veo sentarse en una mesa con una amiga y me dispongo a
acercarme, pero las ganas de mear me superan así que voy corriendo al baño,
cuando llego me encuentro con una cola de 3 personas, me vuelvo
para ver si sigue ahí, la veo sonreírle a la amiga y hablarle de lo que parece
ser las pintas del tipo que estaba dos mesas más lejos, ya que lo miraban las dos.
Por fin entro
al servicio, meo rápido y me miro al
espejo, salgo buscándola con la mirada, me acerco, el corazón me va a 1000,
noto un pequeño pellizco en el estómago, no sé si es el mismo que tuve al
principio de la noche o son nervios. A dos pasos para llegar, le doy un trago al
cubata el cual vierte un par de goteras sobre mi camiseta de rammstein, mientras
me sacudo la mancha con la mano veo que alguien se me pone delante y se sienta
en la mesa con las dos, justo me hago el disimulado dándole otro trago al cubata
y me siento de espaldas a ellos en la mesa de al lado, la escucho reírse de los
chistes malos que le dice él, sigo bebiendo del cubata, ya noto como los hielos
me dan en la nariz.
Escucho lo que no quería escuchar, la amiga diciéndole
que se va. Veo como la amiga sale por la puerta y al instante él le dice:
“¿porque no salimos a dar una vuelta? Tengo el coche aparcado a dos calles de
aquí te puedo acercar a tu casa o a la mía, además…” las últimas palabras no
las escucho, me aguanto la rabia agarrando fuerte el cubata ya medio vacío, me giro rápidamente y veo como ella le suelta una gran hostia en
la cara, recoge sus cosas y sale por la puerta, él me mira y me dice: “¿Que
miras gilipollas? Al menos a mí me tocan las tías”, giro mi cabeza riéndome e
ignorando lo que dice y le doy el último trago al cubata.
Salgo a la
puerta, me enciendo un cigarrillo, y veo como se ella se va calle arriba. Por
lo que me toca esperar al viernes siguente para intentar hablarle de nuevo.
Fini
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