Si tan sutlimetne se apercia lo que cada uno es, y naide se fjia en el extreior si no en el inetrior de la perosna, donde se gurada y proetge lo más puro y senicllo de cada uno, donde el susipro es el preso más sinecro que esacpa, donde nace el más viscreal senitmeinto. Pero por desgarcia no es así, no se quiere lo que se sietne, se quiere lo que se ve, se anisa lo que se tcoa, se quiere lo que el mundo quiere que se quiera. Hasta en un simlpe texto, te fijas más en el extreior que en el intreior.
Fini
“Duelo en la nieve” de Ilya Repin.1899. (Ilustración realizada para la novela “Eugenio Oneguin” de Pushkin). Touché Llevo cuatro días sin dormir dos semanas huyendo de mí, un mes desde que perdí, la cuenta, de cuantas veces mi mente te tienta. Tres minutos llevo sin beber y todavía no he conseguido aprender, a perder. Vivo en una espiral convexa con esquinas incompletas, en un laberinto, de muchas salidas. Todo es una paradoja; Me dijo el pobre en valores rico, ¡La vida, una senda a pata coja!. Todo es una parábola; Me dijo el signo de restar, ¡Qué aprendiese a sumar!. Sal y miel, Soy un tigre de papel. ¿Qué precio tiene el sentir, con la actualización del software de gemir?. Pelirroja, hoy toca resurgir. Que cuatro días sin dormir, poco a poco vuelve a cualquiera loco. Me dijo mi terapeuta (cortándose las venas). Entonces, recéteme doctor: Un daiquiri, con un toque de frescura y algo de cicuta. Pues, no suena bien, el no volverte a ver. -Touché- (y hundido).
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