Al cerrar mis ojos, ahí te encuentro.
Inerte, pendiente de mi como una mariposa sin alas.
Tintineante e impoluta, describiendo la belleza en un
suspiro.
Pálida, de la luz que refleja tu alma.
Tímida, del brillo que desprenden tus ojos.
Dorada, como el atardecer entre montañas.
Siempre con la brisa entre tus dedos.
Pequeño me sentía bajo la presión del anhelo,
pequeña la distancia que recorremos.
Insuficiente vida para pedir otro deseo.
Fini.
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