By: Malcolm T. Liepke
El Romántico se encontró con una hippie,
de celestes ojos y olor a candela,
que dice ser abeja
que va de flor en flor.
No le pone trabas a su pelo,
y por eso brilla libre al sol.
Nada, le ata su pecho.
Esos pantalones de campana,
que arrastran,
lleva arena colgada,
que se preguntan,
de que playa emana.
Cuando pasa el jilguero canta,
sin ninguna restricción
y las nubes se amansan,
¿Inspirará alguna religión?.
Él buscaba tormentas y arañas,
que le inspirase algunas odas,
y ahora se apaña,
con el beso de una hippie,
libre y sin diques,
que contengan su naturaleza.
Su Natural-belleza.
Varo
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