Ir al contenido principal

Renegación


Hace poco más de un mes dije: somos, inevitablemente, seres sociales… Somos seres sociales porque nos constituimos gracias a la interacción recíproca con nuestro contexto. Me basé en la célebre cita de Ortega y Gasset en la que hace referencia a que no hay ser sin entorno, ni entorno sin ser: “yo soy yo, y mi circunstancia”.

El insomnio me lleva a la duda de si a ese “inevitablemente” debería de añadir un “desgraciadamente” o un “muy a mi pesar”. Y digo desgraciadamente porque por un momento (no sé muy bien por qué, no es mi estilo) llegué a tener una visión positiva y optimista de la sociedad… quizá tanto ruido de aplausos hipócritas y de falsas promesas de fraternidad me cegaron. Hoy ya en la nueva normalidad yo vuelvo a mi visión de siempre y afirmo que no, no hemos cambiado, seguimos siendo la misma sociedad egoísta de siempre.

Lo problemático de esto es que, como dije antes, no somos sin el entorno; y si nuestro entorno está enfermo… ¿Cómo hacemos para no acabar enfermos nosotros? Puede parecer exagerado, pero te invito a que cierres los ojos e imagines un momento cómo solemos reaccionar cuando alguien nos lastima. ¿Justificamos el agravio desde el principio o pensamos en lastimar a esa persona para así “salvar” nuestro honor? La mayoría, si somos sinceros, diríamos que buscamos el contraataque. Por tanto, de alguna manera, hemos enfermado.

“Yo soy yo, y mi circunstancia”, y seguía la cita: “y si no la salvo a ella, no me salvo yo”. En este momento histórico que estamos viviendo, en el que la ciencia se esmera en encontrar una vacuna para un virus que nos está matando, yo me pregunto: ¿es posible que el resto de los mortales encontremos la cura para salvar a nuestra circunstancia y así salvarnos a nosotros? O, por el contrario, ¿habría que darle la razón a Heidegger en aquello que dijo de que, en una existencia humillante, el mundo nada puede ofrecer al hombre angustiado? Mientras encuentro respuestas quizá lo más inteligente sea recurrir a lo que los psicoanalistas llaman renegación, algo así como rechazar la realidad que se conoce y construir una menos tormentosa.

Eli DS

Comentarios

Entradas populares de este blog

Touché

“Duelo en la nieve” de Ilya Repin.1899. (Ilustración realizada para la novela “Eugenio Oneguin” de Pushkin). Touché  Llevo cuatro días sin dormir dos semanas huyendo de mí, un mes desde que perdí, la cuenta, de cuantas veces mi mente te tienta.  Tres minutos llevo sin beber y todavía no he conseguido aprender, a perder.  Vivo en una espiral convexa con esquinas incompletas, en un laberinto, de muchas salidas. Todo es una paradoja; Me dijo el pobre en valores rico, ¡La vida, una senda a pata coja!.  Todo es una parábola; Me dijo el signo de restar, ¡Qué aprendiese a sumar!. Sal y miel, Soy un tigre de papel. ¿Qué precio tiene el sentir, con la actualización del software de gemir?. Pelirroja, hoy toca resurgir.  Que cuatro días sin dormir, poco a poco vuelve a cualquiera loco. Me dijo mi terapeuta (cortándose las venas).  Entonces, recéteme doctor:  Un daiquiri, con un toque de frescura y algo de cicuta. Pues, no suena bien, el no volverte a ver.  -Touché- (y hundido). 

De Rousseur

Le dije, enséñame la composición la poesía más compleja y completa, algo que demuestre su perfección, algo que me inspire y me deleite, que la sociedad no sepa de su existencia, que la locura, recorra su esfera lo necesito, le exclamé me he perdido y no me encuentro Y ella, se quitó la ropa                                                          Varo