Año.
Mes.
Semana.
Somos parte de vida que no cesa en su rutina.
Nacemos con el freno roto, con el acelerador enganchado en el fondo y sin la marcha atrás, nos enseñan a querer crecer antes que pensar, correr antes de andar, salir antes de entrar, queremos volar sin aprender a mover las alas.
Somos la calma pérdida tras tomar el primer contacto con el mundo, la competición que te enseñan en el aula de párvulos para ser el más estudioso y que te acompaña hasta el día que se pare el tiempo.
Somos pura ambición, transparente para el que mira y turbia para el que no ve, necesitamos apaciguar el síndrome de abstinencia de la droga llamada consumismo. Somos las temibles ansias de poder, sin conciencia de las reales consecuencias, sin empatia ni compasión.
Codiciamos oro que hace loco al cuerdo y listo al tonto,pero de lo que no nos damos cuenta es que con ese oro no podemos comprar el tiempo. Irrecuperable, y valioso. El que derrochamos en lo más vulgar del universo.
No nos queremos dar cuenta de la vejez que cargamos a la espalda tras cada segundo que pasa, como el grano de arena preso en el reloj, desaprovechando los momentos felices pensando en los futuros felices, no nos queremos dar cuenta de lo rápido que pasa por nosotros y la marca que deja en nuestro cuerpo.
Vive para ti e invierte el tiempo en la felicidad, para que las marcas que deje el tiempo en nosotros no nos duelan y que los segundos no nos pesen. Conviértete en el grano de arena que rompa el reloj y lo arrastre el viento.
Al fin y al cabo el tiempo es más poderoso que el dinero.
Gracias por leerme ya que algo tendrán mis palabras que las has comprado con tu tiempo.
Día.
Minuto.
Segundo.
Fini.
Comentarios
Publicar un comentario