Ir al contenido principal

Tu Vida







Año.

Mes.

Semana.








Somos parte de vida que no cesa en su rutina.

Nacemos con el freno roto, con el acelerador enganchado en el fondo y sin la marcha atrás, nos enseñan a querer crecer antes que pensar, correr antes de andar, salir antes de entrar, queremos volar sin aprender a mover las alas.

Somos la calma pérdida tras tomar el primer contacto con el mundo, la competición que te enseñan en el aula de párvulos para ser el más estudioso y que te acompaña hasta el día que se pare el tiempo.

Somos pura ambición, transparente para el que mira y turbia para el que no ve, necesitamos apaciguar el síndrome de abstinencia de la droga llamada consumismo. Somos las temibles ansias de poder, sin conciencia de las reales consecuencias, sin empatia ni compasión.

Codiciamos oro que hace loco al cuerdo y listo al tonto,pero de lo que no nos damos cuenta es que con ese oro no podemos comprar el tiempo. Irrecuperable, y valioso. El que derrochamos en lo más vulgar del universo.

No nos queremos dar cuenta de la vejez que cargamos a la espalda tras cada segundo que pasa, como el grano de arena preso en el reloj, desaprovechando los momentos felices pensando en los futuros felices, no nos queremos dar cuenta de lo rápido que pasa por nosotros y la marca que deja en nuestro cuerpo.

Vive para ti e invierte el tiempo en la felicidad, para que las marcas que deje el tiempo en nosotros no nos duelan y que los segundos no nos pesen. Conviértete en el grano de arena que rompa el reloj y lo arrastre el viento.

Al fin y al cabo el tiempo es más poderoso que el dinero.

Gracias por leerme ya que algo tendrán mis palabras que las has comprado con tu tiempo.


Día.
Minuto.
Segundo.

Fini.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Touché

“Duelo en la nieve” de Ilya Repin.1899. (Ilustración realizada para la novela “Eugenio Oneguin” de Pushkin). Touché  Llevo cuatro días sin dormir dos semanas huyendo de mí, un mes desde que perdí, la cuenta, de cuantas veces mi mente te tienta.  Tres minutos llevo sin beber y todavía no he conseguido aprender, a perder.  Vivo en una espiral convexa con esquinas incompletas, en un laberinto, de muchas salidas. Todo es una paradoja; Me dijo el pobre en valores rico, ¡La vida, una senda a pata coja!.  Todo es una parábola; Me dijo el signo de restar, ¡Qué aprendiese a sumar!. Sal y miel, Soy un tigre de papel. ¿Qué precio tiene el sentir, con la actualización del software de gemir?. Pelirroja, hoy toca resurgir.  Que cuatro días sin dormir, poco a poco vuelve a cualquiera loco. Me dijo mi terapeuta (cortándose las venas).  Entonces, recéteme doctor:  Un daiquiri, con un toque de frescura y algo de cicuta. Pues, no suena bien, el no volverte a ver.  -Touché- (y hundido). 

De Rousseur

Le dije, enséñame la composición la poesía más compleja y completa, algo que demuestre su perfección, algo que me inspire y me deleite, que la sociedad no sepa de su existencia, que la locura, recorra su esfera lo necesito, le exclamé me he perdido y no me encuentro Y ella, se quitó la ropa                                                          Varo      

Renegación

Hace poco más de un mes dije: somos, inevitablemente, seres sociales… Somos seres sociales porque nos constituimos gracias a la interacción recíproca con nuestro contexto. Me basé en la célebre cita de Ortega y Gasset en la que hace referencia a que no hay ser sin entorno, ni entorno sin ser: “yo soy yo, y mi circunstancia”. El insomnio me lleva a la duda de si a ese “inevitablemente” debería de añadir un “desgraciadamente” o un “muy a mi pesar”. Y digo desgraciadamente porque por un momento (no sé muy bien por qué, no es mi estilo) llegué a tener una visión positiva y optimista de la sociedad… quizá tanto ruido de aplausos hipócritas y de falsas promesas de fraternidad me cegaron. Hoy ya en la nueva normalidad yo vuelvo a mi visión de siempre y afirmo que no, no hemos cambiado, seguimos siendo la misma sociedad egoísta de siempre. Lo problemático de esto es que, como dije antes, no somos sin el entorno; y si nuestro entorno está enfermo… ¿Cómo hacemos para no acabar enfermos nosotros