¡Vuela Mariposa!
Lejos de la mano del hombre,
de su hierro,
de su encierro,
de su Dios dinero.
No le des el placer de verte,
ni el asombro de poder tenerte.
Sumérgete entre flores,
alejadas de estos segadores.
Eres demasiado grácil, para su desidia
demasiada divinidad, para su incrédulo credo.
Mejor que le tengas miedo,
sigue ajena de su envidia.
Pues tus alas no están hechas
para ser clasificadas,
mucho menos comprendidas.
Que aprendan ellos de ti,
a vivir sin trabas.
Varo
a vivir sin trabas.
Varo
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